jueves, 6 de noviembre de 2008

Tipo de pulido






Jorge Luis Molina Castillo 1201-1987-00312.

Introducción

El presente informe esta elaborado con respecto a los pulidos de la probeta que son pulido grueso pulido fino pulido medio y para ello utilizamos diferentes tipos de lija con el propósito de producir una superficie que represente una micro estructura especifica que pueda ser observada en el microscopio en esta parte observaremos los aspectos físicos del desbaste y pulido.

Objetivo

*- Obtener una superficie bien lijada para realizar la observación en el microscopio.
*-Saber que se utiliza diferentes tipos de lija para este ensayo.
*- Analizar la composición del material.



Teoría relacionada

GENERALIDADES

El pulido de una probeta metalografía tiene por objeto eliminar de su superficie las rayas finas producidas en la última operación de desbaste y conseguir una superficie sin rayas y con alto pulimiento.
El éxito del pulido y el tiempo empleado en la operación dependen en gran manera del cuidado con que se haya realizado el desbaste. Si una probeta tiene rayas profundas y gruesas, que no se han eliminado en la última de desbaste, se pierden el tiempo y el trabajo si se pretende eliminarlas en el pulido fino.
Mientras sea posible hay que tomar precauciones para que la operación se realice en un ambiente relativamente limpio de polvo.

PULIDORAS METALOGRÁFICAS

El pulido preliminar y el final de una probeta metalografía desbastada se realizan en uno o más discos. Tales discos son, esencialmente, platos de bronce de 20 a 25 mm de diámetro, cubiertos con un paño de calidad apropiada. Los discos giran, generalmente, en un plano horizontal, y es conveniente que cada disco posea su motor individual para facilitar el control y ajuste de la velocidad de rotación. Los equipos de desbaste y pulido automáticos ahorran, si duda alguna, mucho tiempo y trabajo del operador en las operaciones rutinarias de preparación de las probetas metalográficas. Sin embargo, muchos metalográficos
Manifiestan que en los equipos automáticos, contrariamente a lo que ocurre en las
Técnicas manuales, es difícil observar el progreso de la preparación de la probeta y, especialmente conseguir el control del grado final del pulido que es necesario en un trabajo preparatorio de alta calidad.
Pulidora de disco utilizada en el laboratorio de la
Especificaciones Técnicas:
Metallographic specimens polisher, TYPE MSP-2, source AC 110V 6A 60Hz

PULIDO FINAL

Esta operación tiene por finalidad eliminar las rayas producidas en el pulido preliminar y dar lugar, por último, a una superficie pulida uniformemente y libre de rayas. Según el metal o aleación que se pule, se emplea uno de los abrasivos citados anteriormente – alúmina levigada, oxido de magnesio, óxido crómico-. Para la mayoría de las probetas metalografías, la alúmina levigada da un resultado magnífico y se reconoce por todos como el abrasivo de empleo más universal en el pulido final. Durante el pulido se aplica a la probeta una presión moderada y se la mueve continuamente del centro a la periferia del disco. Eventualmente, y en particular al final de la operación, se gira la probeta en sentido contrario al de la rotación del disco. Esta operación modifica continuamente la dirección del pulido y evita la formación de colas de cometa. Tales formaciones son inevitables cuando se pule en una sola dirección, por que se arrancan más o menos las inclusiones, se abrasión el metal adyacente y aparecen picaduras y huecos dejados por dichas inclusiones.
Para evitar la distorsión del metal, se debe suspender el pulido fino en cuanto las rayas ya no son observables a 100 aumentos, no apareciendo tampoco colas de cometa. Si persisten las rayas finas, se puede continuar el pulido final; es, sin embargo, más probable que se obtengan resultados mejores repitiendo el pulido preliminar antes de terminar el pulido final.
La probeta pulida puede atacarse inmediatamente después o se puede guardar para usarla más tarde y examinarla sin ataque. En cualquier caso, la superficie de la probeta debe protegerse de la oxidación y otros efectos perjudiciales atmosféricos.

Toma de muestras.

La elección de la muestra que ha de ser examinada al microscopio es de gran importancia, ya que ha de lograrse una probeta representativa del material a examinar; por desgracia, no se le suele dar toda la importancia que merece. Las probetas seleccionadas deben ser características del metal estudiado y servir para el fin a que se dirige tal estudio; por ejemplo, si se ha roto durante el servicio una pieza y el objeto del estudio metalográfico es determinar las causas de la rotura, la probeta debe seleccionarse y obtenerse de aquella región particular de la fractura que pueda dar el máximo de información.
Para poder hacer naturaleza debe complementarse con otra tomada en una sección normal y sana de la pieza en cuestión. El examen de ambos tipos de probeta es deseable por que las inclusiones y otras características pueden no observarse satisfactoriamente sobre probetas tomadas en una sola de estas direcciones.
Si la sección que ha de ser observada y ha de tomarse como probeta es relativamente blanda, la separación puede hacerse mediante una sierra mecánica o manual. Cuando las aleaciones son frágiles, como ocurre con las fundiciones y algunos bronces ricos en estaño, se puede romper la pieza con un martillo y seleccionar un fragmento adecuado como probeta.
Las probetas de materiales duros, que no se pueden serrar con facilidad, tales como aceros templados y las aleaciones no férreas endurecidas por envejecimiento, se pueden cortar con seguridad empleando discos abrasivos. Tales disco son generalmente delgados y son un conglomerado de un abrasivo adecuado, tal como esmeril, carborundo o polvo de diamante. El enfriamiento se logra manteniendo la probeta totalmente sumergida en agua u otros líquidos refrigerantes, o proyectando sobre ella una corriente ininterrumpida del líquido de refrigeración y precisamente en la región que se corta.
Si no se elige cuidadosamente el disco de corte y no se enfría suficientemente la probeta durante el corte, se altera radicalmente la estructura original, por lo menos en la superficie obtenida por el corte, como consecuencia del calor desarrollado por el frotamiento.
Siempre que sea posible, las probetas deben tener un tamaño conveniente y cómodo de manejar. Las probetas de superficie muy grande pueden requerir tiempos de pulido excesivamente largos, mientras las demasiado pequeñas tienden a redondearse durante el desbaste, obteniéndose superficies preparadas curvas con los bordes estropeados. Las probetas pequeñas deben montarse, como se describe mas adelante.

DESBASTE A MANO

DESBASTE GROSERO
La superficie que haya de observarse se debe de hacer primero plana mediante un desbaste grosero. Cuando el área es grande, se puede terminar en un tiempo muy corto si se le gira ligeramente mientras se desbasta.
Ni durante el desbaste grosero, ni durante los posteriores, intermedio y final, se debe aplicar la probeta contra el medio abrasivo con presión demasiado grande. La presión excesiva no sólo produce rayas muy profundas, difíciles de eliminar después, sino que también distorsiona intensamente el metal de la superficie de la probeta.
La distorsión del metal superficial no se puede evitar enteramente, pero se puede aminorar mucho mediante técnicas adecuadas de desbaste y pulido; la presión de contacto en las operaciones citadas debe mantenerse baja, y en todo caso, el metal distorsionado se elimina mediante varios ciclos de pulido y ataque. Biselando los bordes d la probeta durante el desgaste grosero se evitan roturas y desgarrones de papeles y paños en las operaciones posteriores.
Cuando la superficie es completamente plana y se han eliminado sus irregularidades, se da por terminado el desbaste grosero.

Desbaste intermedio

El papel de esmeril se coloca sobre una placa o sobre cualquier superficie bien plana y limpia. La probeta se mueve longitudinalmente de un lado a otro del papel comprimiéndola con una presión suave; la dirección del movimiento se mantiene constante, para que todas las rayas producidas sean paralelas. El final de la operación sobre un papel esta determinado por la desaparición de las rayas producidas por el desbaste grosero o el papel anterior, y para poder reconocerlo fácilmente se opera en forma que las nuevas rayas sean perpendiculares a las anteriores; así es mas fácil ver cuándo estas nuevas rayas sustituyen totalmente a las anteriores más gruesas.


Para desbastar muchas probetas de aleaciones tratadas térmicamente, y en particular muchos de los metales blandos, es conveniente impregnar los papeles de esmeril con un lubricante adecuado. Para este fin se han puesto muchos líquidos, tales como aceites, gasolina, soluciones de parafina en queroseno, jabones líquidos, glicerina, y mezclas de glicerina y agua. Estos lubricantes disminuyen la fluencia superficial de los metales blandos y evitan la modificación estructural superficial de las tratadas térmicamente, al actuar como refrigerantes, mejorándose los resultados que se obtendrían desbastando en seco.

Desbaste final

El desbaste final o fino se realiza de la misma forma que el desbaste intermedio, pasando del papel de esmeril empleado al número 00; en general se utilizan dos papeles, que son el número 00 y el 000.
Cada vez que se cambia de papel se opera en la forma descrita anteriormente, a fin de obtener rayas nuevas perpendiculares a las anteriores. Cuando la observación visual demuestra que sólo existen las rayas producidas por el último papel empleado y se han eliminado totalmente las anteriores, la probeta esta en condiciones de ser pulida.

Desbaste mecánico

Desbastadoras con papel

Un desbaste más eficaz se puede realizar mecánicamente, empleando un disco giratorio, que se cubre con papeles de esmeril, sujetándolo mediante un anillo de fijación apropiado. El disco debe girar a unas 600 rpm para el papel más grueso y a velocidades de preferencia más pequeñas con los papeles más finos.
En el desbaste mecánico es preciso extremar el cuidado para que la presión excesiva no produzca sobrecalentamiento de las probetas, con las consiguientes alteraciones estructurales en las probetas térmicamente tratadas y distorsión exagerada del metal superficial.

Discos con parafina

Un disco con parafina es sencillamente un disco de pulidora cubierto con una capa de parafina de alto punto de fusión o con un paño de billar o lona que se han impregnado con parafina.
Los discos para el desbaste se cargan, antes y durante la operación, con suspensiones, en una solución acuosa de jabón, de polvos abrasivos.

Pulido

Generalidades

El pulido de una probeta metalográfica tiene por objeto eliminar de su superficie las rayas finas producidas en la última operación de desbaste y conseguir una superficie sin rayas y con alto pulimiento.
El éxito del pulido y el tiempo empleado en la operación dependen en gran manera del cuidado con que se haya realizado el desbaste. Si una probeta tiene rayas profundas y gruesas, que no se han eliminado en la última de desbaste, se pierden el tiempo y el trabajo si se pretende eliminarlas en el pulido fino.
Mientras sea posible hay que tomar precauciones para que la operación se realice en un ambiente relativamente limpio de polvo.

Pulidoras metalográficas

El pulido preliminar y el final de una probeta metalográfica desbastada se realizan en uno o más discos. Tales discos son, esencialmente, platos de bronce de 20 a 25 mm de diámetro, cubiertos con un paño de calidad apropiada. Los discos giran, generalmente, en un plano horizontal, y es conveniente que cada disco posea su motor individual para facilitar el control y ajuste de la velocidad de rotación.
Los equipos de desbaste y pulido automáticos ahorran, si duda alguna, mucho tiempo y trabajo del operador en las operaciones rutinarias de preparación de las probetas metalográficas. Sin embargo, muchos metalográficos manifiestan que en los equipos automáticos, contrariamente a lo que ocurre en las técnicas manuales, es difícil observar el progreso de la preparación de la probeta y, especialmente conseguir el control del grado final del pulido que es necesario en un trabajo preparatorio de alta calidad.

Abrasivos para el pulido metalográfico

Físicamente, un abrasivo metalográfico ideal debe de poseer una dureza relativamente alta; la forma externa de las partículas debe ser tal que presenten numerosas y agudas aristas y vértices cortantes; las partículas, si se rompen durante su uso, deben hacerlo en forma de que se produzcan nuevas aristas y vértices cortantes; por ultimo, la naturaleza del abrasivo debe de ser adecuada para permitir una buena clasificación de las partículas por tamaños mediante levigación, después de que se haya realizado una buena pulverización.
Polvo de diamante. El abrasivo que más se aproxima al ideal es el polvo de diamante no adulterado y bien clasificado. Se ha empleado mucho en el pasado para preparar probetas de aleaciones muy duras, tales como carburos sinterizados de volframio o boro y recientemente se ha extendido su uso, con gran éxito, para el pulido de las aleaciones y metales más comunes.

Para el pulido intermedio o preliminar de las probetas metalográficas, en aquellos casos en que tal operación se realiza, se emplea como abrasivo el alúndum (óxido de aluminio fundido) y, a veces, carborundo (carburo de silicio) o carburo de boro, todos en un grado de finura de 500 a 600 mallas. Se emplean en forma de suspensión acuosa, que se añade al paño que recubre al disco de la pulidora.
Oxido de magnesio. Es el abrasivo que suele recomendarse para el pulido final de los metales blandos, tales como el aluminio, magnesio y otros, o para sustituir a la alúmina en el pulido de las fundiciones y otros materiales relativamente duros.

La técnica adecuada para el empleo del óxido de magnesio en el pulido final consiste en poner un apequeña cantidad de polvo fresco y seco sobre el paño de pulir colocado en el disco de la pulidora, añadir agua destilada en cantidad suficiente para formar una pasta clara, y luego trabajar esta pasta con la yema d los dedos, extendiéndola y embebiéndola en las fibras del paño. Después de esta carga, y durante el pulido posterior, se mantiene húmedo el paño por adición de agua destilada.

Alúmina.
La alúmina (óxido de aluminio) es, probablemente, el abrasivo más satisfactorio y universal desde el punto de vista metalográfico. El comercio lo proporciona en forma de pastas o suspensiones acuosas.
La alúmina existe en tres formas cristalográficas distintas: alfa, beta y gamma. De ellas, la alfa y la gamma son las más empleadas como abrasivos.
Algunos tipos de polvo seco de alúmina, aunque se adquieren como legivados, es preciso volver a legivarlos para obtener la debida la debida finura y uniformidad de las partículas. La levigación consiste, sencillamente, en suspender una cantidad pequeña de alúmina en agua limpia, empleando un vaso alto adecuado. Después de agitar bien se deja sedimentar de 1 a 10 minutos, con lo que se separan las partículas gruesas, luego se sifona el líquido que sobrenada, que constituye una suspensión del abrasivo fino. El sedimento se puedo volver a levigar, para obtener suspensiones de alúmina ligeramente más gruesas, o se desprecia.

Una alúmina ideal para el pulido metalográfica se puede preparar de la siguiente manera: se parte de hidróxido de aluminio, que se convierte en alúmina calentando, durante 2 horas y a una temperatura de 925 a 1100°C, una capa de polvo de unos 50mm de altura y no apisonada, sino suelta. Después se deja enfriar hasta la temperatura ordinaria, y el polvo obtenido se leviga en porciones de 100 a 150 g, que se suspenden en 1000cc de agua, preferiblemente destilada. El tiempo de levigación necesario para obtener una suspensión muy fina es de unos 10 min; este tiempo puede incrementarse a 15 o 20 min si se desea una suspensión de partículas excepcionalmente finas, tales como las requeridas para el pulido de metales blandos como el aluminio, plomo, estaño, etc.

Otros abrasivos. Además de los abrasivos citados anteriormente, también el óxido de cromo y el óxido de hierro (rojo de joyeros) se han empleado con éxito en el pulido metalográfico. El rojo de joyeros, sin embargo, tiene propensión a hacer fluir el metal superficial, y aunque proporciona una superficie extraordinariamente pulimentada, tal superficie no es la necesaria y característica del pulido metalográfico.


Paños para pulir

En general, la textura superficial de los paños de pulir varía desde la correspondiente a los que no tienen pelo, como la seda natural y el tejido empleado para cubrir las alas de aeroplanos, hasta aquellos con pelo relativamente largo, como el terciopelo y la pana, que son de aplicación muy general. En el caso intermedio se encuentran los paños de mesa de billar, los paños de lana de distintas finuras y las lonas de diferentes pesos.
Los paños de pulir de mejor calidad no suelen requerir un tratamiento preliminar antes de su empleo. Sin embargo, los materiales más baratos deben hervirse en agua, para ablandar las fibras duras existentes, y lavarse con tintura de jabón verde, para eliminar las materias extrañas que pudiera contener.
Cuando un paño no va a utilizarse durante algún tiempo, se le quita del disco de la pulidora, se le enjabona y se le lava cuidadosamente con agua corriente. Después se le puede secar o, mejor, se le guarda sumergido en agua en un vaso. El lavado elimina prácticamente todos los detritos adheridos al paño, y el guardarlo en húmedo evita que lo evita que los residuos de abrasivo que pudieran quedar formen tortas sobre el.

PULIDO PRELIMINAR

El objetivo es hacer desaparecer las rayas finas producidas en la última operación de desbaste. El disco d la pulidora empleado en esta operación se cubre, generalmente, con paño de lana, paño de billar o una lona de poco peso, y se le hace girar a unas 400 a 500 rpm. Como abrasivo se emplea alúndum o carborundo de 600 mallas, o productos equivalentes.

Para realizar un pulido preliminar se mantiene la probeta desbastada, firmemente, sobre el disco que gira, y durante la operación se mueve continuamente desde el centro al borde del disco, y a la inversa. Si es necesario, se añade de cuando en cuando suspensión del abrasivo, que contengan unos 15g por cada 100cc de agua. Si la cantidad de abrasivo que hay sobre el disco es suficiente, pero se seca el paño, se añade agua clara en la cantidad necesaria.
Para que la operación vaya bien es necesario observar con cuidado la humedad del paño. Si se humedece demasiado, la acción pulidora del combinado paño-abrasivo se retarda mucho, y si se seca en exceso, la probeta se mancha.
El pulido preliminar dura de unos 2 a 5 min, y al terminarse, se lava bien la probeta con agua corriente, se la enjuaga con un poco para quitar todos los detritos y el abrasivo adherido, y se le humedece con alcohol etílico o alcohol isopropílico, secándola después en aire caliente.
Las probetas bien preparadas, después del desbaste y el pulido preliminar, muestran solamente las rayas características del alúndum o carborundo de 600 mallas, y la superficie es de brillo apagado

Pulido final

Esta operación tiene por finalidad eliminar las rayas producidas en el pulido preliminar y dar lugar, por último, a una superficie pulida uniformemente y libre de rayas. Según el metal o aleación que se pule, se emplea uno de los abrasivos citados anteriormente – alúmina levigada, oxido de magnesio, óxido crómico-. Para la mayoría de las probetas metalográficas, la alúmina levigada da un resultado magnífico y se reconoce por todos como el abrasivo de empleo más universal en el pulido final.

Durante el pulido se aplica a la probeta una presión moderada y se la mueve continuamente del centro a la periferia del disco. Eventualmente, y en particular al final de la operación, se gira la probeta en sentido contrario al de la rotación del disco. Esta operación modifica continuamente la dirección del pulido y evita la formación de colas de cometa. Tales formaciones son inevitables cuando se pule en una sola dirección, por que se arrancan más o menos las inclusiones, se abrasiona el metal adyacente y aparecen picaduras y huecos dejados por dichas inclusiones.
Para evitar la distorsión del metal, se debe suspender el pulido fino en cuanto las rayas ya no son observables a 100 aumentos, no apareciendo tampoco colas de cometa. Si persisten las rayas finas, se puede continuar el pulido final; es, sin embargo, más probable que se obtengan resultados mejores repitiendo el pulido preliminar antes de terminar el pulido final.
La probeta pulida puede atacarse inmediatamente después o se puede guardar para usarla más tarde y examinarla sin ataque. En cualquier caso, la superficie dela probeta debe protegerse de la oxidación y otros efectos perjudiciales atmosféricos.


Pulido electrolitico

Generalidades

El pulido electrolítico disminuye muchas de las dificultades encontradas en el pulido mecánico. Puesto que éste método de pulido evita la formación de capas distorsionadas del metal en la superficie desbastada de la probeta, es ideal para la preparación de muchos metales blandos, aleaciones monofásicas y aleaciones que endurecen fácilmente por deformación, tales como los aceros inoxidables austeníticos.

La principal desventaja del pulido electrolítico es la destrucción total o parcial de las inclusiones no metálicas por reacciones químicas con el electrolito. Otra desventaja son el manchado de las probetas montadas en plásticos, como consecuencia del ataque de éstos por algunos electrolitos y la obtención de superficies onduladas.

Fundamentos y aparatos

Los detalles relativos al pulido electrolítico no están completamente aclarados en la actualidad. El mecanismo general, sin embargo, parece asociado a la disolución anódica. Las aristas salientes y las protuberancias de la probeta desbastada se eliminan por disolución selectiva, mientras que los valles existentes entre los salientes quedan protegidos de la disolución por los productos de reacción formados o, más probablemente, por que en ellos la velocidad de disolución es mucho menor.

En la celda electrolítica la probeta desbastada sirve de ánodo, y como cátodo se emplea un metal adecuado; a través del electrolito se hace pasar una corriente continua, que es transportada de ánodo a cátodo por los iones del metal de la probeta que se pule.
El factor más importante para el éxito del pulido electrolítico es la relación entre densidad de corriente y voltaje, para cada electrolito y disposición general de la celda electrolítica.
El pulido electrolítico es relativamente sencillo y requiere muy poca experiencia por parte del laborante.

La elección del electrolito depende de la composición y características estructurales (número y clase de fases presentes) de la probeta. Aunque el pulido electrolítico no produce distorsión del metal superficial, a veces se observa esta distorsión en las probetas pulidas electrolíticamente.

Metodos especiales de preparación mecanica
Introducción

La preparación metalográfica de los metales blandos, tales como el aluminio, cobre, plomo, etc.; la de los materiales duros, como los carburos cementados de volframio y boro, y la conservación de las inclusiones en el acero o las láminas de grafito en la fundición, requieren técnicas más o menos específicas. Los metales relativamente blandos y sus aleaciones fluyen muy fácilmente durante el desbaste y el pulido, y, si no se tiene un gran cuidado, se originan capas distorsionadas de espesor considerable, que es imposible eliminar con el método usual.

Aluminio y sus aleaciones.

La preparación de las probetas de aluminio y sus aleaciones es difícil, por que el metal superficial fluye fácilmente y se produce distorsión durante el desbaste y el pulido. Una vez conseguida una superficie plana y matado los cantos de la probeta, se desbasta con los tres grados usuales de papel de esmeril girando la probeta 90° cada vez que se pasa de un papel al más fino siguiente.
El primer pulido tiene por finalidad hacer desaparecer las rayas producidas por el desbaste. El pulido final tiene por objeto eliminar las rayas producidas en el preliminar y obtener una superficie no rayada. Durante la primera etapa del pulido hay que prestar atención a que el disco se mantenga siempre húmedo empleando agua destilada De igual importancia es la presión con que s e aplica la probeta sobre el paño. La presión óptima se determina por ensayos previos y depende, lo mismo que el tiempo empleado en el pulido final, de la composición química y tratamiento térmico de la probeta.
Cuando prácticamente han desaparecido todas las rayas, se continúa la operación añadiendo agua clara, en tal forma que al final el paño este completamente libre de abrasivo. En esta fase es recomendable girar la probeta en sentido contrario al de rotación del disco, para eliminar las marcas y colas de cometa causadas por el pulido en una sola dirección.

Cobre y sus aleaciones.

La superficie de las probetas de cobre y sus aleaciones se rectifica limándola. El desbaste con los papeles de esmeril no es necesario en estos materiales, pasándose directamente al pulido que se realiza en dos o tres fases.
La primera fase del pulido se realiza sobre lona, empleando como abrasivo carborundo o alúndum de 500 mallas. La segunda operación se realiza sobre disco cubierto con paño de lana y empleando abrasivo trípoli pulverizado. La tercera fase se hace sobre un disco cubierto con un paño fino de lana, empleando como abrasivo una suspensión en agua de alúmina u óxido de magnesio.
Al terminar el pulido se atacan directamente o se lavan con alcohol y se secan rápidamente antes del ataque.
El cobre puro se pule peor que sus aleaciones, pues se necesita obtener una superficie casi perfecta para comprobar la presencia de óxido cuproso al observarla sin ataque.

Plomo y sus aleaciones.

La preparación de estos materiales es muy difícil por su inherente blandura. Se produce mucha fluencia del metal y distorsión superficial, y la estructura real queda totalmente enmascarada. Se acepta generalmente que es casi imposible obtener una superficie libre de deformación en frío mediante el pulido.
Se emplean regularmente cierto número de métodos, entre los que puede elegirse, teniendo en cuenta la aleación, forma y tamaño de la probeta, y también el equipo de que se dispone y las preferencias del operador. Siempre se necesita quitar bastante metal, para eliminar los efectos de la sierra, cizalla o elemento empleado para obtener la probeta.


Fundiciones.

Es muy difícil conservar las partículas de grafito de las fundiciones grises y maleables si se preparan las probetas por métodos usuales, siendo preciso recurrir a técnicas especiales. La mejor forma de prepararlas es desbastándolas en los tres grados usuales de papel esmeril (0, 00, 000) prolongando el desbaste sobre papel 00 gastado. El desbaste final se hace, usualmente, sobre un papel 000, que se suaviza previamente con talco o grafito.
Durante el desbaste se puede producir el arranque de grafito, pero lo más frecuente es que el arranque se produzca durante el pulido. Por ello es conveniente realizar el pulido final en un paño sin pelo.
Es preciso mantener el paño húmedo, pero no mojado en exceso, y pulir en una sola dirección.


Conservación de las inclusiones

La preparación a mano se hace sobre los tres grados usuales (0, 00, 000) terminando sobre una hoja muy gastada o suavizada de papel 000. El último desbaste se continúa hasta que las gritas finas son casi invisibles al ojo desnudo.

El pulido se realiza sobre dos discos. El primero se cubre con un paño sin pelo y el segundo con un paño con más pelo. El abrasivo puede ser óxido de aluminio o alúmina levigada.
Las rayas finas producidas en el primer pulido se eliminan por un segundo y cuidadoso pulido en el segundo disco. En este segundo pulido es esencial que

Recursos

Materiales

*- Una bandeja con agua.
*- Lija # 80-600.
*- Pedazo de vidrio.
*- Trapo.


Procedimiento

1) Llenar la bandeja con una pequeña cantidad de agua.
2) Con la ayuda del vidrio deslizamos la probeta sobre la lija # 80.
3) Con la lija # 100 la movimos a 90° para seguir con el ensaño.
4) Luego lavamos la pieza para poder mostrarla al Profesor y si estaba bien pulida seguíamos con lija # 120-600, lavándola frecuentemente.


Conclusiones

*-No tocar con los dedos la probeta, por la grasa que se penetra en la piel.
*-Lavar constantemente la pieza, para que no se introduzca virutas en ellas.
*-Cambiar por lo menos tres veces el agua para realizar bien el ensayo


RECOMENDACIONES

*-Estar pendiente del agua ya que en este ensayo se necesita bastante agua.

*-Darle un buen pulido a la probeta para no tener dificultad cuando podamos hacer la observación en el microscopio.
*-Lavar constantemente la probeta.

Bibliografia

*- http://www.wikipedia.com/

*- http://www.google.hn/

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